En momentos de crisis e incertidumbre la clave está en la interpretación.

En momentos de crisis e incertidumbre se hace más importante que nunca la mirada que tenemos del pasado, de la contingencia presente, y nuestra visualización del futuro.

Hoy sabemos que la manera en que pensamos influye en la forma como sentimos. A veces no podemos cambiar la realidad, pero sí podemos cambiar el discurso personal que moldea la forma en que vemos el mundo y a nosotr@s mism@s.

Nuestro cerebro está anatómicamente estructurado para predecir y no para reaccionar. Esta capacidad cognitiva nos permite representar y evaluar mentalmente escenarios futuros, visualizarlos, y anticipar lo que viene, lo cual condiciona necesariamente nuestras emociones presentes, nuestra manera de afrontar la crisis y de funcionar en el día a día.

Son momentos en los que nos sentimos vulnerables, donde nos invade el miedo, los temores, las dudas, la rabia y la angustia. Pero es importante saber que ante situaciones que producen miedo, rabia y angustia el cerebro disminuye su capacidad de reflexionar y también produce reacciones en el organismo (como por ejemplo: aumenta la frecuencia cardíaca y respiratoria, se puede elevar la glucosa, entre otros).

“La vida se encoje o se expande en proporción al tipo de emociones que uno tenga”

No se trata de simplificar y minimizar la complejidad de la realidad que nos toca vivir, sino de poder generar una estrategia de afrontamiento que nos permita seguir funcionando y en lo posible de manera óptima.

Existen estrategias que se pueden tomar durante y después de los momentos difíciles, para mantener un determinado bienestar emocional y aumentar nuestra resiliencia.

“Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado”. Buda

1.- Interpretación de la realidad

Mirar de manera informada, realista y asertiva lo que viene, pero con esperanza y optimismo, lo cual impacta en lo que sentimos y como funcionamos ante las contingencias por más prolongadas que estas puedan ser. No es fácil mirar el futuro de manera optimista y esperanzada en contextos de incertidumbre, hasta puede parecer ingenuo, iluso, cándido, o desconectado de la realidad, pero es clave y está ampliamente demostrado, que es el motor que ayuda a convertir crisis en oportunidades, y lo más importante es que lo podemos ejercitar y gestionar en el día a día con confianza y espíritu de superación.

“No es lo que nos sucede lo que nos hace sufrir o nos crea problemas, sino lo que nos decimos o pensamos de lo que nos sucede”

2.- Gratitud

Tener una explicación NO catastrofista del problema, entendiendo que siempre hay ámbitos de la vida que quedan exentos, y que la crisis no es permanente.

Ser agradecid@s de manera consciente e incluso algo forzada (pensando en cosas por la que estar agradecid@s y nos producen alegría) tiene efectos inmensamente positivos en nuestra salud física y mental. Podemos elegir la gratitud, incluso cuando no la sentimos, y esto hace que nuestra vida y la de otros sea mejor.

3.- Resiliencia personal y comunitaria.

Recordar los tiempos difíciles pasados en los que hemos salido adelante, y las catástrofes que ha tenido la humanidad de las cuales también hemos salido adelante. Obtenemos un mayor impulso resiliente cuando recordamos los retos que hemos superado personalmente y de manera comunitaria. Olvidamos casi todo en la vida, pero recordamos lo que nos emociona con satisfacción, orgullo y perdón de lo que hemos vivido.

“La vida no es lo que vivimos sino como la recordamos para contarla”.Gabriel García Marquez

4.- El Apoyo de otr@s y hacia otr@s.

Las personas somos más resilientes cuando contamos con redes de apoyo sólidas de amig@s y familiares que nos pueden ayudar a enfrentar la crisis. Pero la resiliencia y nuestra fuerza puede ser aún mayor cuando es uno el que da el apoyo.

5.- Evitar el Aburrimiento.

El aburrimiento es una emoción negativa, que no ayuda al buen funcionamiento. Aprovechar para buscar actividades que nos saquen de ese aburrimiento y nos permitan disfrutar, cultivar o entrar en estado de flow.

6.- Descanso y Recuperación

Crear los espacios y momentos para que el cuerpo se recupere. Hacer actividad física, meditar, dormir, o conectarse virtualmente con amig@s y familiares.

“La recuperación es cuando el crecimiento ocurre”

7.- Solitud y espacios contemplativos

La solitud, que es distinto a la soledad, nos permite experimentar tiempo a solas y sentir el impacto y los beneficios positivos que puede traer a nivel emocional y mental. Es un muy buen momento para estar con un@ mism@ y destinar el tiempo al espacio personal para fortalecer la vida contemplativa.

“Esperanza es aquello dentro de nosotr@s que a pesar de que todas las evidencias están en contra, insiste en que algo mejor nos aguarda, si es que tenemos el coraje para alcanzarlo, para trabajar y luchar por ello” Barack Obama

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