Las organizaciones podrían lograr mucho más si confiaran en la pasión que surge cuando nos conectamos
Las organizaciones tienen un impacto mucho más positivo en el mundo si se basan en un propósito elevado que va más allá que el solo generar beneficios y valor para los accionistas.
Las organizaciones podrían lograr mucho más si confiaran en la pasión que surge cuando nos conectamos con otros, propósito a propósito. Las personas anhelan descubrir aquello en lo que juntos podrían convertirse.
Un propósito elevado minimiza la idea de que todo lo que hacemos tiene que ayudar a ganar más dinero, o a ser más productivos. La visión elevada es que una organización se organiza como comunidad para satisfacer necesidades humanas y que todos se puedan alcanzar la realización en sus vidas, por lo tanto son altamente energizantes, positivas y desafiantes.
Lo interesante y aparentemente paradójico de esto, es que las organizaciones y las personas que se enfocan en propósitos superiores más que en los beneficios económicos, tienden a obtener ganancias más abundantes.
El propósito individual y el de la organización, deben ir de la mano, se necesitan mutuamente para florecer. Cuando se invita a los trabajadores a escuchar el propósito, es probable que se cuestionen su vocación personal. ¿Resuena en mí el propósito de la organización? ¿Me siento llamado a trabajar en éste lugar? ¿Me permitirá éste lugar expresar mi individualidad, mis talentos y fortalezas? ¿Me ayudará a crecer y desarrollarme?
Cuando el propósito individual y el de la organización entran en sintonía y se refuerzan, ocurren cosas extraordinarias.