La ciencia está transformando la manera de comprender el funcionamiento del cerebro, su impacto en el liderazgo y en la toma de decisiones.

Más que una oportunidad en los negocios o una moda, la evidencia nos está demostrando que todo lo que hacemos, pensamos y sentimos tiene que ver con procesos cerebrales que responden a funciones específicas, como, por ejemplo, las sensitivas, motoras, e integradoras.
Así lo comenta Gabriel Narvaja, director del Programa Ejecutivo Neuromanagement y Culturas de Brain Friendly, del Centro de Desarrollo de Alta Gerencia FEN UChile. La neurociencia es el conjunto de disciplinas que estudian la estructura y el funcionamiento del sistema nervioso humano, investiga como se relacionan entre sí sus diferentes elementos, para crear y constituir la base biológica de la cognición, de las emociones y de la conducta.
Las distintas ramas, como la cognitiva, afectiva, conductual y social nos iluminan día a día en un mayor entendimiento del cerebro y nuestras capacidades de pensamiento, imaginación, lenguaje, la conexión entre el cerebro y nuestro sistema emocional, la construcción de la realidad y la conducta, nuestros mecanismos de aprendizaje y memoria y nuestro comportamiento social a través de la interacción con los demás.
Los últimos avances científicos están transformando la manera de percibir y entender a las personas, y nos ayudan a comprender el funcionamiento del cerebro y su impacto en el liderazgo, la toma de decisiones, en la gestión, el management, y principalmente en la cultura.
Por ejemplo, comenta Narvaja, uno de los hallazgos claves de los últimos años está relacionado con el impacto que tiene en nuestro cerebro lo que llamamos la Prospección, somos “Homos Prospectus”.
El cerebro humano construye el momento en base a simulaciones de posibilidades futuras, la constante e incesante cantidad de predicciones cerebrales es la base de todo lo que la persona piensa, siente, y percibe, es la manera como construimos las emociones, los pensamientos, y las percepciones.
El cerebro está anatómicamente estructurado para predecir y anticipar, y no para reaccionar. Tanto la memoria, la percepción, como el comportamiento, no se pueden entender sin distinguir el rol central de nuestra capacidad para visualizar el futuro, imaginar posibilidades futuras, proyectar, y anticipar lo que viene. “Nuestras emociones reaccionan menos al presente, de lo que guían hacia una conducta futura”, dice.
En este contexto, una cultura organizacional brain friendly se constituye como la capacidad clave de la organización para ofrecer, habilitar y facilitar a sus trabajadores las condiciones, recursos y procesos de trabajo que permitan el despliegue de todos aquellos factores que permiten incrementar la performance de todos los cerebros involucrados y que permiten conducir el desempeño hacia resultados organizacionales extraordinarios, sustentables y sostenibles en el tiempo y con múltiple impacto positivo, construyendo un activo intangible difícilmente imitable, y el cual genera una alta ventaja competitiva.
“El cerebro necesita emocionarse para automovilizarse, para después emocionar y movilizar a los demás”, sostiene Narvaja.
Para mayor información sobre el programa de alta gerencia Neuromanagement y Culturas Brain Friendly puede acceder a este enlace.

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