¿Necesitamos el pensamiento científico en el management para tomar buenas decisiones en la organización?
“Quien piensa no quiere ser persuadido, sino convencido; y quien piensa sistemáticamente, es doblemente difícil de convencer”. Victor Klemperer
Se hace especialmente importante la actitud dubitativa, no como parálisis de acción y gestión, sino como ejercicio de reflexión, de ponderar los pros y los contras.
Aprender a dudar implica distanciarse de lo dado, y poner en cuestión los tópicos y prejuicios, cuestionarse lo que se ofrece como incuestionable, para analizarlo, examinarlo, razonarlo, buscar evidencia, y decidir qué hacer con ello.
Dudar es asumir la fragilidad y la contingencia de la condición humana, y por eso para poder minimizar la especulación, es que recurrimos a la ciencia, para buscar evidencia, tener ideas y ponerlas a prueba. La ciencia busca evidencias empíricas, para que los hallazgos y las soluciones puedan ser replicables, generalizables y ubícuas.
Actualmente dado los cambios disruptivos y exponenciales que estamos experimentando, tendemos a simplificador la realidad para examinar y analizar lo complejo. Como dice Adam Grant, “En un mundo que está cambiando, tienes que estar dispuesto a poder cambiar tu mentalidad. De lo contrario tu expertise y experiencia pueden fallar, tus opiniones pueden estar fuera de época, y tus ideas fracasar”.
Necesitamos cuestionar nuestro conocimiento y opiniones en las puertas de la evidencia, la cual cada vez es más abundante, de mejor calidad, y la cual nos está iluminando el camino día a día para tomar mejores decisiones.
“Las organizaciones de un sector son muy parecidas porque existe un isomorfismo, una especie de imitación debida entre otras cosas a aspectos cognitivos en la formación de los profesionales. Al pasar por las mismas o similares instituciones, los directivos desarrollan esquemas mentales parecidos que los lleva a aplicar estrategias similares”. Walter Powell