¿Qué estamos buscando realmente cuando nos esforzamos por tener una vida buena?
Generalmente las personas queremos estar satisfechos con nuestra vida. Buscamos experiencias placenteras, y tratamos de evitar las no placenteras, como así también buscamos sentido y trascendencia, saber que lo que hacemos importa, nos involucramos, y lo ponemos al servicio de algo más grande que nosotros, que va más allá de nuestra individualidad.
Las últimas investigaciones (publicadas durante el 2020 en materia de ciencia afectiva) nos han demostrado que hay una cuarta dimensión clave que es la abundancia psicológica, la cual consiste en tener experiencias que se relacionan con la novedad, y-o que son interesantes, que expanden nuestra curiosidad, y también cambian nuestra manera de pensar. Esto genera mayor frecuencia e intensidad de emociones tanto positivas como negativas, como así también, mayor apertura a lo nuevo y a lo incierto.
Las evidencias muestran que estas personas con mayor abundancia psicológica están más dispuestas por ejemplo a vivir en el extranjero, a relacionarse con la naturaleza, o a explorar problemas intelectuales complejos. En contraste, los investigadores sugieren, que las vidas significativas y felices, pese a ser una de las dimensiones clave, pueden llegar a ser más rutinarias, e incluso posiblemente más aburridas.
Las experiencias interesantes, memorables, sorprendentes, y emocionantes son un inmenso aporte a nuestra abundancia psicológica y por lo tanto a nuestra vida buena y nuestro bienestar.
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